viernes, 10 de junio de 2016

PAU HISTORIA DE ESPAÑA - La crisis del reinado de Carlos IV

El reinado de Carlos IV estaba en continua  decadencia. Tras la implantación del liberalismo en Francia, España le declaró la guerra y fue derrotada. España pactó con Francia (Paz de Basilea) para evitar ser invadida por el poderoso ejército napoleónico. Esto despertó el recelo de Gran Bretaña, lo que desembocó en un conflicto. En la Batalla de Trafalgar, la armada española fue devastada.

La derrota agravó aún más la crisis de la Hacienda, mermada por el descenso de los ingresos procedentes de las colonias ya que los británicos controlaban el tráfico marítimo. Para arreglar la situación, Godoy emprendió una serie de reformas que no tuvieron efecto sobre la economía pero sí sobre la sociedad: acentuó el odio que el clero y la nobleza ya le tenían por su condición de hidalgo. Los campesinos también se mostraron descontentos por los nuevos impuestos y por la situación de miseria y hambre como consecuencia de la crisis.

Con la firma en 1807 del tratado de Fontainebleau, que permitía al ejército  francés entrar en España para conquistar Portugal, con la condición de que posteriormente quedaría repartida entre España y Francia, la situación empeoró aún más.

El creciente malestar estalló el 18 de marzo de 1808 con el motín de Aranjuez. Allí se encontraban los reyes que habían huido hacia el sur temiendo una invasión por parte de las tropas francesas. El motín estaba dirigido por la nobleza y el clero aunque los “plebeyos”, también molestos con la situación, participaron también. La intención era que Godoy fuera destituido y Carlos IV abdicara en su hijo, y lo consiguieron.

Este hecho dejó aún más clara la profunda crisis que vivía la monarquía. Carlos IV solicitó ayuda a Napoleón para recuperar el trono y éste le llamó para que acudiera a Bayona junto a su hijo Fernando. Una vez allí, ambos abdicaron en Napoleón, y semanas más tarde Carlos María Isidro y el “tío Antonio” hicieron lo mismo, renunciando a todos sus derechos dinásticos.

El francés, que ya era el legítimo soberano de España, nombró rey a su hermano José y convocó Cortes para poder aprobar una Carta otorgada y ratificar al nuevo monarca. La Carta (el Código de Bayona), establecía la igualdad de los españoles ante la ley, en los impuestos y en el acceso a los cargos públicos.

La inmensa mayoría de la administración borbónica pasó a formar parte del nuevo gobierno y José inició una serie de reformas encaminadas a acabar con el Antiguo Régimen. Sin embargo, pocos fueron los apoyos que recibió.



Para la mayor parte de la población, el nuevo monarca no era legítimo, sino que había llegado al poder por medio de las armas. Además, el hecho de que fuera extranjero no ayudaba, Por otro lado, las tropas napoleónicas habían actuado violentamente contra los españoles. Por todos estos motivos, el pueblo luchó en todo momento por expulsar a los franceses de sus tierras.

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