miércoles, 29 de junio de 2016

PAU CASTELLANO LITERATURA (Miguel Hernández): 1.1. Tradición y vanguardia en la poesía de Miguel Hernández

El oriolano Miguel Hernández, se mostró abierto a todas las influencias literarias desde bien joven: la poesía tradicional en sus etapas más tempranas, los escritores clásicos durante su aprendizaje y también sus contemporáneos más afamados. De esta variada influencia, nace un estilo que lo conducirá a la creación de un mundo poético propio. Los reflejos de estas influencias en su obra son los siguientes:

En su primera etapa se siente influido el costumbrismo regionalista, al que añade sentimentalismo, intimismo y complejidad (“¡En mi barraquita!” [7] p.15). A esto se añade su identificación vital con la naturaleza, realista pero presentada desde la óptica mística de San Juan. El Rayo que no cesa (1936) es una reelaboración pagana y sensual de la poesía sanjuanesca, el petrarquismo de Garcilaso y el pesimismo de Quevedo. Garcilaso y su amor cortés influirán en su poesía amorosa de la preguerra, pero el poeta más alabado por Hernández será Góngora, de cuya influencia nacerá Perito en Lunas (1933), ejemplo de poesía ultrapurista. De los poetas románticos (Bécquer, Espronceda y Zorrilla) tomará su tono épico, revitalizado en Viento del pueblo (1937).

En cuanto a sus contemporáneos, su poema “Pastoril” es un ejemplo de imitación del modernismo de Rubén Darío. Sin embargo, a quien más admira por su fina sensibilidad, es a Juan Ramón Jiménez, cuya nostalgia es evidente en “Eternidad” y “Piedras Milagrosas”.


Respecto al vanguardismo, simplemente se acerca al surrealismo en algunas ocasiones, como Perito de Lunas, con cierto grado de irracionalidad surrealista, el poema “Guerra”, que recuerda a las sensaciones captadas por Picasso en el Guernica y la época de El rayo que no cesa, que es la etapa central de sus incursiones surrealistas (el poema “Sonreídme”). Con el estallido de la Guerra Civil, esta técnica carece ya de interés para Hernández, que la abandonará en favor de la poesía popular, de gran claridad expositiva. 

309 palabras

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