viernes, 10 de junio de 2016

PAU HISTORIA DE ESPAÑA - Características y evolución de los partidos políticos marginados durante la Restauración

A lo hora de redactar esta exposición es necesario tener en cuenta que si abarcase todos los partidos políticos que se oponían al régimen (carlistas, republicanos, socialistas, catalanes, vascos…) necesitaría una cantidad sustancial de tiempo de la que no dispongo. Por lo tanto, es menester centrase en los dos partidos que están relacionados con los textos, y finalmente hacer ligeros apuntes sobre el resto.

 El carlismo experimentó una crisis interna tras la derrota en la Segunda Guerra Carlista ya que algunos miembros reconocieron finalmente a Alfonso XII, y la rama carlista de los Borbones perdió sus derechos dinásticos en la Constitución de 1876. Tras un lapso de tiempo el pretendiente Carlos VII depositó su confianza en Cándido Nocedal y el carlismo se preparó para participar en las elecciones. Sus apoyos se encontraban básicamente en País Vasco, Navarra y Cataluña.

En 1886 se produjo una renovación a cargo de Juan Vázquez de Mella, cuyos ideales quedaron reflejados en el Acta de Loredan, nuevo programa político de los carlistas: defensa de la unidad católica, el fuerismo, la autoridad del pretendiente Carlista, el rechazo a la democracia y la aceptación del nuevo régimen liberal.

Sin embargo, se produjo una disputa religiosa: cierto sector acusó a Carlos VII de dar prioridad a su interés por el trono por encima de la lucha contra el liberalismo que defendía el Vaticano (cesarismo). El líder de ese sector, Ramón Nocedal, se escindió del partido en 1888 y fundó un nuevo partido católico integrista: el Partido Católico Nacional.

Los principales dirigentes del carlismo optaron por la vía política, pero otros no cesaron en sus intenso insurreccionales y protagonizaron varios entre 1899 y 1900. Se mantuvieron las jerarquías militares y se creó la milicia del Requeté, que adquiriría importancia en  la década de 1930.

El socialismo español estaba representado por el PSOE, liderado por Pablo Iglesias hasta su muerte. Dicho partido, fundado en 1876, se hizo con una base social que antes pertenecía al republicanismo y crecía rápidamente desde principios del siglo XX. Su jerarquía era de abajo a arriba, al contrario que el resto de partidos: los Agrupaciones Socialistas Locales se agrupaban a su vez en  las Provinciales, y estas se reunían en el Comité Nacional.

 El partido se asentaba sobre tres directrices básicas: evitar poner en riesgo la organización con grande revoluciones, diferenciarse de los partidos burgueses, motivo por el cual tardaron en producirse alianzas, y aprovechar las ventajas del sistema parlamentario, por lo que desde bien temprano participaron en las elecciones. Con el triunfo de la revolución rusa, algunos partidarios de la línea bolchevique se escindieron y fundaron el Partido Comunista de España en 1921, que obtuvo escasa influencia aunque destacó en Vizcaya y Asturias.

Al margen del sistema se situaba también el republicanismo que siempre tuvo el problema de la fragmentación que le restó eficacia y apoyo electoral. Salvo los Posibilistas, liderados por Emilio Castelar, que siempre se mantuvieron al margen del resto debido su marcado carácter moderado, Progresistas, Centralistas y Federales llegaron a formar una alianza (Unión Republicana) que permitió aumentar sus escaños. Se produjeron algunas escisiones, como el Partido Radical, muy anticatalanista y fundado por Lerroux, exdirigente de la Unión Republicana, y el Partido Reformista, que contó con escasos apoyos.

Aunque se acabaron produciendo movimientos nacionalistas en Valencia, Aragón, Andalucía y Galicia, los más importantes fueron el catalán y el vasco. El primero surgió por la confluencia del renacimiento de la cultura catalana en el movimiento conocido como la Renaixença, el catalanismo político y el descontento de los industriales por la gestión del conflicto en Cuba. La Lliga Regionalista fue el principal partido nacionalista hasta que surgió, en 1931, Esquerra Republicana de Catalunya. En el País Vasco, el sentimiento nacionalista nació por la pérdida de los fueros y el movimiento de defensa de la cultura vasca impulsado por Sabino de Arana, que aseguraba que los inmigrantes españoles (maketos) que trabajaban en las industriar bilbaínas, eran una amenaza para la cultura y la raza vascas.


Todas las fuerzas que se encontraban fuera del sistema fueron creciendo durante toda la etapa de la Restauración, pero su marcada desorganización y el falseo electoral, impidieron que se constituyeran en una oposición fuerte.

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